Todo esto me hizo querer estudiar agronomía, quería ayudar a los agricultores como mis padres, mis vecinos sabiendo lo que es trabajar en la tierra desde los 7 años, con conocimiento de causa. Esto me hizo poder permitirme desde la experiencia vivida cuestionarme todo lo cuestionable de la agricultura.
Cuando comencé a conocer la agricultura ecológica y la agroecología, me di cuenta que había valido la pena, que estaba en la dirección adecuada. Esto me hizo entender el sinsentido de la agricultura industrial y la necesidad de trabajar por recuperar esa relación que tenía antes el agricultor con la naturaleza, y toda la sinergia de relaciones sociales y humanas que ello implica. Creo que es el camino, cada día estoy más convencida y lo veo más claro.
En ello he visto la necesidad de la enseñar y transmitir, los valores que tiene trabajar desde la agroecología en su más amplio sentido.
En todo este camino, descubrí que me gusta trabajar en la agricultura, aquella que conecta las personas, la alimentación con su entorno y con la naturaleza